La moda trasciende las simples telas y estilos; puede representar también un enlace cultural y un área de cambio personal. Este concepto se refleja en el relato de Agostina Pagnoni, una diseñadora argentina que, a solo 24 años, optó por iniciar un atrevido trayecto en la India, convirtiendo obstáculos en posibilidades. Desde que llegó a Jaipur, llamada la ciudad rosa, hasta establecer su propia firma, Pagnoni ha establecido un precedente sobre cómo la tenacidad y la comprensión cultural pueden transformar el sector de la moda.
Al llegar por primera vez a Jaipur, Agostina se encontró con un despliegue de colores, aromas y sonidos que eran completamente diferentes a los de su lugar de origen, Venado Tuerto, en Santa Fe. Esa experiencia inicial, que comenzó como un viaje de trabajo para una marca de Argentina, generó en ella una conexión inmediata con la cultura de la India. “No puedo explicar la razón, pero tanto mi cuerpo como mi alma sentían: ‘Este es tu sitio’”, recuerda. Lo que parecía ser solo otro viaje se convirtió en el inicio de un camino que marcaría tanto su vida profesional como personal.
Desafíos culturales y de género
Al regresar a la India tras dos años, con planes de comenzar su propio proyecto, Agostina enfrentó desafíos que requerían más que solo habilidades creativas. El entorno laboral, prevalecido por negociaciones masculinas, junto con las diferencias culturales, le pidieron demostrar fortaleza, resistencia y paciencia. “Fue necesario fortalecer mucho mi carácter para conseguir mi posición”, comenta. No obstante, su dedicación al respeto, la inclusión y la comunicación directa con los artesanos locales le posibilitó avanzar en un mercado que al principio parecía inalcanzable.
Su marca, Pagnoni, combina saris antiguos, algodones y sedas, y se ha consolidado en mercados internacionales como México, Uruguay y Argentina. Su visión no se limita a la estética: busca integrar la cultura local y promover un modelo de trabajo inclusivo, donde cada persona involucrada en la producción es valorada y reconocida. Este enfoque ha generado relaciones duraderas con los talleres locales y ha posicionado su marca como un referente de moda ética y artesanal.
Ajústese al pulso y las diferencias de Jaipur
Trabajar en Jaipur requiere entender una dinámica totalmente diferente a la de los países occidentales. La rutina es alterada por festivales religiosos, la presencia de vacas y monos en las calles, o el calor extremo que puede llegar a más de 50 grados. Agostina ajustó su forma de trabajar a estas circunstancias, aprendiendo a respetar los tiempos y tradiciones del lugar mientras mantenía la calidad de sus productos intacta. Vivir con estas diferencias, en lugar de ser un inconveniente, se transformó en una oportunidad de aprendizaje y desarrollo personal.
Cada pieza de Pagnoni representa este proceso de unión. Desde la selección de los materiales hasta la supervisión directa de los talleres, Agostina se asegura de que su manufactura respete tanto la tradición local como los criterios de su marca. Este compromiso le ha permitido forjar confianza mutua con los artesanos y asegurar una producción ética y de alta calidad.
Capacidad de adaptación ante las adversidades
El camino empresarial de Agostina no estuvo exento de dificultades. Pérdidas económicas, robos y la pandemia fueron pruebas que pusieron a prueba su determinación. Sin embargo, cada desafío reforzó su convicción de seguir adelante. La experiencia en México, donde retomó su proyecto desde cero, consolidó su capacidad de adaptación y fortaleció la proyección internacional de su marca.
Hoy, Pagnoni no solo es una marca de moda reconocida, sino también un símbolo de la importancia de combinar talento, sensibilidad cultural y resiliencia. Cada colección transmite historias y tradiciones, conectando a los clientes con un pedazo de India y con la visión de una diseñadora que no dejó que los obstáculos definieran su destino.
Una conexión cultural y un futuro esperanzador
Mirando al futuro, Agostina desea transformar su proyecto en un espacio cultural que conecte a Argentina y la India. El objetivo es facilitar que los artesanos de ambos países trabajen juntos en colecciones limitadas que recorran el mundo, fomentando la diversidad, la creatividad y la inclusión. Según ella, cada prenda narra un relato: el suyo incluye un fragmento de India, invitando a quienes lo llevan a vivir una experiencia única a través de la moda.